Los Arribes del Duero

Presas, Valles, Rios, Embalses...

Viernes

 

Por razones principalmente musicales tenia yo unas ganas enormes de ir a los Arribes del Duero, la frontera entre Portugal y España en Salamanca. La Musgaña es (o era) con toda justicia uno de los mejores grupos de música tradicional de este pais y su repertorio bebe principalmente de las fuentes, valles y rios de Salamanca y Zamora.  Así, cuando salio una oferta del Groupon no podia faltar a la cita. Primero compramos el cupon y unos meses después, cuando ya habia caducado, nos dispusimos a disfrutarlo.

La cosa empezó digamos mal. Arranco la moto y suena a roto que mete miedo. Me acojono por completo pensando en la lista de posibles daños: cardan, valvulas pisadas, el motor reventado, seguro que el arbol de levas esta partido. Me pongo a mirar por el escape a ver si salen piezas o humo negro. Nada, me voy a casa y al arrancar de nuevo ese sonido ya no está pero yo sigo sintiendolo en mi cabeza.

Nos ponemos con miedo en camino, con la oreja fina intentando percibir algo pero ya no hay sorpresas. Paro en AUTOSA para despejar mis temores y Quique, el mecánico, como siempre me atiende y me explica con todo lujo de detalles que no me preocupe. Así da gusto.

Avanzamos. Daban lluvia en Asturies pero no nos cae ni una gota. Solo la niebla habitual del Pajares, que en Busdongo, como es costumbre, desaparece para que comience a pegar el duro sol castellano. Hasta donde es fácil llegar, Zamora, no hay problema pero entonces nos damos cuenta de que hemos perdido el mapa. En Fermoselle nos damos cuenta de que el GPS no funciona. Asi que tocamos de oido para encontrar la dirección correcta y como era de esperar, nos metemos por unas carreteras de pesadilla. Premio especial para la carretera de Fermoselle a Trabanca, camino infame que me recuerda mis mejores momentos por Irlanda, vamos de pueblo en pueblo y preguntamos la mejor manera para llegar. Los lugareños tampoco tienen claras las distancias ni lo que es una carretera por la que llevar una moto.

Estamos estrenando los intercomunicadores comprados a DX. No van mal a baja velocidad pero el mio, cuando pasa de 70 no funciona bien, mientras que el suyo si. Eso hace que la conversación derive en monologo y logra que yo me sienta como HarpoMarx pero sin bocina.

Vilvestre es un pueblo pequeño, con pequeñas pinceladas de arquitectura popular y pinta de huida masiva de población. El alojamiento está muy bien, LA JUDERIA DE LOS ARRIBES, hotel rural tirando a lujoso aunque de curiosa decoración. Los dueños son muy atentos y además nos ofrecen una degustación de productos de la zona. Esta noche toca quesos del pueblo y vinos de la zona. Además gentilmente nos permiten guardar la moto en la bodega del bar. Siempre es un placer que tengan esos detalles para con los moteros…

 

Sábado

 

Cogemos para empezar la mañana (tarde por no querer madrugar) un crucero por el rio Duero. Nos indican para llegar al embarcadero que la carretera esta recien asfaltada. Debe ser la mayor mentira que nos han colado en todo el viaje, por encima de la que sale en los folletos turisticos. Reune todos los castigos para el motero, gravilla, arena, baches, socavones que parecen bombazos y pendientes que terminan en horquillas llenas de tierra.…

El crucero, atendido por portugueses, navega por el rio que corre encajonado por grandes moles de piedra. No esta mal este paisaje pero yo empiezo a no sorprenderme tan fácilmente por cualquier cosa, parezco tener ojos cansados de ver maravillas. La ida todavía es entretenida, viendo las revueltas del rio, los entrantes, los pequeños puertos fluviales y los bosques autoctonos o de postes eléctricos pero no llegamos a la base de la presa de Aldeadavila, como era mi deseo. La vuelta se hace como es obvio por el mismo recorrido y es bastante más aburrida hasta que cogemos la moto.

De Vilvestre vamos hacia Saucelle sufriendo por otra carretera que es una venganza.

Cruzar a Portugal es como pasar de la noche al día. La carretera pasa de ser el compendio habitual de pestes de esta zona para convertirse en una esplendida carretera rápida con doble bionda y bien asfaltada, con curvas claras y divertidas.

Seguimos hacia el norte atravesando una inmensa extensión quemada recientemente, por lo que nos parece entender. Todo esta negro, seco, sucio y lugubre.Da pena ver como hasta el asfalto se ha derretido en algunos tramos producto del calor. Estas extensiones de tierra quemada me producen una pena tremenda...

Como vamos sin mapa, vemos una señal que nos indica un pueblo que nos suena y alli nos dirigimos. Atravesamos el interior del parque natural portugués del Duero por mas carreteras de tercer o cuarto orden. Paramos a comer tarde en un bar de moteros (tiene 3 motos a la puerta) de Bemposta, que alegremente nos abren la cocina para nosotros. Está lleno de paisanos del pueblo jugando la partida. Me encanta Portugal, la gente es amable, la comida es barata y el pais sabe a una cultura cercana pero distinta.

Volvemos a cruzar la frontera a España por una presa recien pintada de muy amarillo anaranjado en toda su inmensa grandeza, que es mucha y muy destacada entre piedra gris y verde seco. Luego vamos saltando de embalse en embalse. Me gustan las presas. Tanto la presa entraña como la iberica o en este caso, la hidraulica. Éstas, aun cuando sean un atentado contra la naturaleza, son una verdadera demostración del poder de la ingenieria. Los ingenieros somos asi…

Vemos la de Almendra, luego la de Aldeadavila. Esta ya acaba conmigo y con mi paciencia, es otra carretera de mierda, una mierda grande como un circo encarnada en una serie de curvas llenas de gravilla que acaban en una barrera en mitad de una empinada cuesta llena de piedras. Además, se acerca una nube negra que amenaza lluvia, lluvia que se encarna en algunos goterones deslabazados que a veces nos alcanzan.

Tras arreglarme con mas suerte que pericia para dejar la moto aparcada en mitad de la carretera sin vergüenza ninguna, pasamos un rato en el mirador del Fraile, colgado sobre el abismo de la presa. Y volvemos por los amarillos campos hacia el hotel. Todo el campo esta seco, y da la impresión de mustio, mohino, abandonado…

Mi señora, que de olivos entiende un rato, dice que estos estan sin cuidar. No se ven muchos cultivos, ni ganado. Solo inmensas extensiones de amarillo moteado de verde y marron que no muestran nada.

Vuelta al hotel, cena a base de más productos locales y a descansar que ya toca.

 

Domingo

 

Un indicador muy relevante para mi para indicar la calidad de un alojamiento es si me permite dormir sin tapones, soy muy sensible al ruido nocturno. Esta judería cumple con mis mejores expectativas, pese a tener enfrente la discoteca del pueblo, que os la podeis imaginar siendo un pueblo de 400 habitantes.

La idea era tirar camino del norte, entrar en Portugal, subir a Sanabria y de ahí a casa. Pero el cielo nuboso, negro carbón nos obliga a replantearnos el viaje y tirar directos a casa, con premura para no mojarnos. Deshacemos el camino del viernes y el tiempo nos respeta hasta Benavente. Cuando acabamos de comer, la nube negra ya cubre todo el horizonte y tiene pinta de venir muy cargada de lluvia. Nos hacemos los valientes o los ignorantes y salimos de nuevo a la carretera. Voy controlando en todo momento mi posicion y la de la nube, calculando las cada vez mas escasas posibilidades de escapar de la lluvia. Como era de esperar, apenas 5 kms despues de salir comienza a diluviar. En los escasos 2kms que tardamos en parar en la primera gasolinera, ya se me ha empapado el mono de cuero y me corre el agua pierna abajo hasta las botas. Sorprendentemente, en un alarde de precaucion habia metido la ropa de agua en la maleta. Pero el impermeable no tapa la sensacion de frio. La temperatura es en el Alto del Rabizo 12º mas baja que el viernes a la misma hora. Comenzando a subir el Pajares en su vertiente leonesa deja de llover y podemos hacer el descenso tranquilamente y en semiseco, salvando la niebla habitual entre Busdongo y las últimas rampas que coronan el puerto. Luego ya nos llovera entrando ya en Mieres pero ya no importa, es todo cuesta abajo hasta casa.

 

 

Los Arribes, como destino turistico no esta mal, pero considero que le falta infraestructura medios y dedicacion seria y completa al turismo, sin vender su alma por supuesto, no hay cosa que aborrezca mas que un tinglado artificial. Pero si necesita mas actividades, mas posibilidades, mas informacion y mas vida en general.

Aun asi, para echar un fin de semana esta bastante bien, no pagas el sobreprecio del turismo en España y la tranquilidad esta asegurada. Eso si, abstengase aquellos que no tengan unas buenas suspensiones y una moto cómoda.

Disfrutadlo mientras no se ponga de moda.

 

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